El Aceite de Oliva y su nuevo Real Decreto

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La semana pasada salí un par de días de Segovia con la intención de relajarme,  desconectar, y practicar un poco de deporte.

Me considero una amante de la gastronomía de nuestro país. Por eso,  cuando salgo, no puedo evitar recorrerme, no solo las calles del lugar que visito, sino también ¡los bares y los restaurantes! Todo tiene un sabor especial, sobretodo… ¡cuando uno está de vacaciones! Supongo que os ocurrirá a la mayoría… La cuestión es que, cuando tu trabajo y tu formación están íntimamente ligados a los alimentos y sus procesos ¡esto te persigue allá donde vayas!

Para centrar el tema de nuestra entrada de hoy, las opiniones y comentarios van a girar en torno al aceite de oliva. Para mí, la estrella de la gastronomía española.

Para los que lo desconocéis, el día 1 de Enero de 2014, entró en vigor el Real Decreto 895/2013, de 15 de noviembre, por el que se modifica el Real Decreto 1431/2003, de 21 de noviembre, por el que se establecen  determinadas medidas de comercialización en el sector de los aceites de oliva y del aceite de orujo de oliva.

Este Real Decreto incorpora “en el ordenamiento jurídico nacional, la exigencia de envases irrellenables en el canal HORECA”, con lo que se pretende “mejorar la imagen del producto, en particular de las denominaciones de origen protegidas y las indicaciones geográficas protegidas y de las marcas productoras consolidadas en el mercado, e informar mejor al consumidor sobre las características del aceite que se pone a su disposición”. El plazo dispuesto para que los establecimientos del canal HORECA modifiquen sus envases era, el 28 de Febrero.

Volviendo a mi viaje que, para ser más exacta, fue en una ciudad andaluza, la primera tarde (2 de Marzo) decidimos dar un paseo y tomar unas tapas con una cerveza bien fresquita. Elegimos el primer bar por una oferta que llamó nuestra atención: ¡dos cervezas y una ración de jamón acompañada de tostadas y tomate!

Con el Real Decreto en mente, debido al flujo de información leída durante los primeros meses de año, antes de sentarme en la mesa ya me estaba fijando en las aceiteras… No eran irrellenables.

Hubiera podido asegurar, casi al 100%, que el aceite era Virgen Extra y tenía un sabor exquisito… Así que, en este caso quedé más o menos satisfecha y pensando en que aún era un día festivo y lo modificarían en breve… Estuve unos días en la ciudad andaluza en cuestión y las aceiteras de este bar, no se cambiaron.

Volví a mi día a día, a mi casa, a mi ciudad. Uno de los días de la semana siguiente, fui a desayunar a un bar y he de decir que, siempre que desayuno fuera de casa elijo café y tostada con aceite (para mí, ¡uno de los mayores placeres que existen!) y… ¡Más de  lo mismo! Aceiteras rellenables, sin ningún tipo de identificación y con un aceite de color muy claro y sin ningún tipo de sabor característico…

Siguiente oportunidad… viaje relámpago a Madrid a un hotel en el que me incluían el desayuno buffet.  Tengo que decir que el buffet era bastante bueno, pero… el primer día, había 3 aceiteras: una aparentemente correcta (con identificación, irrellenable y con un aceite de buena calidad) y dos de ellas no tenían identificación, eran rellenables y tenían un aceite muy pobre en color y sabor. Evidentemente, opté por el primer envase… El problema llegó en el desayuno del segundo día… ¡Solo quedaban las aceiteras sin identificar!

Y… después de estos días de observar, leer y analizar este tipo de situaciones, aquí dejo mis comentarios al respecto.

Como consumidora y, repito, fan del aceite de oliva, tengo que decir que no me gusta encontrarme aceiteras en mal estado, sucias, con restos de etiqueta, etc. Tampoco me gusta tomarme una tostada con un aceite del que desconozco su denominación y que no me aporta ningún tipo de sabor característico.

Entiendo, en parte, el malestar de algunos colectivos del canal HORECA por el aumento de precio que suponen estos cambios. Pero, el aceite no es un simple aliño, sino que hay que entenderlo como un ingrediente más. La calidad debe estar en cada uno de los ingredientes de un plato, por muy secundarios que parezcan.

Como profesional del sector, decir por último que, debemos ser nosotros los que le demos el valor a los productos de nuestro país y que, la calidad, debe ser exigida y adquirida desde, el productor primario hasta la distribución. Todo el valor que añadido etapa a etapa puede echarse por tierra si no cuidamos hasta el último momento, cada uno de los detalles.

¡Gracias Aceite de Oliva Virgen Extra por darme tantas alegrías gastronómicas!

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